Os voy a contar una historia preciosa... Quizás, cuando la leáis, no os parezca tan increible. Quizás sea yo, que soy muy ñoña y que veo cosas maravillosas en cualquier sitio y todavía me quedo asombrada por las historias de la naturaleza. Pero para mí, esta vivencia fue extraordinaria y lo que me hizo sentir, lo recuerdo con mucho cariño.
En nuestro viaje por Brasil, pasamos dos días en Manaus a la espera de dirigirnos a Tefé donde cogeríamos un barco para ir al Amazonas.
Era la mañana del 16 de agosto. Nos levantamos temprano porque antes de coger el avión queríamos ir al centro de la ciudad y hacer sobre todo, la visita más obligada: Teatro Amazonas.
Estabamos hospedados es una posada, en la que los bungalows daban a un pequeño jardin con sus árboles, plantas y flores.
Antes de salir del hotel, me di cuenta que en el suelo había un pequeño pajarillo. Piaba con todas sus fuerzas y se movía para zafarse de las decenas de hormigas que habían comenzado a picotearle por todo el cuerpo. Le cogí, y con rapidez, le puse debajo de un grifo para, con el agua, ayudar a que las hormigas se desengancharan de su cuerpo. Algunas de ellas, tenían la mandibula cerrada y era imposible quitarlas.
Cuando el primer susto pasó y el pequeñajo yacía en mi mano, sin "acompañantes", vimos que era un polluelo, seguramente de pocas horas de vida. Su piel rosita, tenía tan solo unas pocas plumas de color azul claro.
Lo alimentamos con hormigas, sin saber muy bien qué hacer con él. Si se había caído del nido, dificilmente lo encontraríamos, ni podríamos subirle. Teniamos claro que no podíamos dejarlo a su suerte. No tardaría mucho en ser un bocadito para cualquier gato ó moriría de hambre. Pensamos incluso en llevarlo de ruta con nosotros, en alimentarlo como pudieramos...
Quedaban pocos minutos para coger el taxi que nos llevaría al aeropuerto. Y entonces, tuvimos una idea.
Le dejamos sobre el suelo, en un pequeño nido que hicimos con hojas secas, esperando que el constante piar del pajarillo alertara a sus padres.
Y así fué. No transcurrió ni un min, cuando apareció un pequeño pajaro de color azul claro y gris, revoloteando cerca del árbol, donde en el mismo pie, se encontraba el polluelo. Al poco tiempo, el adulto localizó al pequeño y se acercó a él. Lo increible fue, que apareció otro pajaro, la otra parte de la pareja y entre los dos, se organizaron para alimentar al pajarillo.
No os podéis imaginar la estampa. El pequeño, no paraba de recibir comida de sus padres y ellos no le perdían de vista.
No nos quedó demasiado tiempo para seguir con la escena, y nos fuimos con la esperanza de que cuando volvieramos siguieran allí los tres.
Tras 5 días, lo primero que hicimos cuando volvimos al hotel, fue ir al lugar donde les dejamos. Nuestra decepción fue tremenda cuando no vimos al polluelo. Pero, al poco tiempo nos contaron que un empleado de la posada, subió al pequeño al nido, que no era otro que una caja de cartón que alguien un día colocço allí. Descubrimos por un guía en el Amazonas que estos pequeños pajaros se llaman "Tangarás azules" y son tipicos de varias zonas en sudamerica.
Todavía me impresionan las historias de la naturaleza que hablan de maternidad (en este caso también de paternidad). El codigo de responsabilidad que tienen todos los animales para encargarse de sus proles, luchando contra todo lo que se les ponga por delante, aunque eso les cueste la vida.
Os dejo, con un dato que me comentaron hace poco. Si te encuentras un pajarro que ha caido de un nido, alimentalé con una pasta que podrás hacer con comida de gato, ablandada por agua. Le mantendrás con vida...
4 huellas:
Es buenísimo, Shedir. Me encanta!!, Te animo a pasar por el blog de Frikosal, enlazado en los míos y al el le mandaré el enlace a tu entrada del pajarillo.
Un beso
La verdad es que fue una experiencia maravillosa.
Me he pasado por el blog de Frikosal y le he dejado un comentario a uno de sus post.
Está invitado a "Mundos de Shedir". Asi que espero que se anime.
Un besito
No suele visitar ( al menos aparentemente) yo le comento a todo y él no, pero es tan interesante que no lo perderé.
Besos
De momento no se ha pasado. Espero verle por aquí pronto y que no se pierda este comentario...
Un beso
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