Inaguro la nueva sección "Viaje a Camboya" con una historia olvidada por el mundo. En el futuro escanearemos las mejores fotos de los viajes que hicimos cuando disfrutabamos de las diapositivas y os haré llegar alguna que otra crónica. De momento os hago llegar este relato...
Tras visitar el famoso recinto "Angkor Wat" en Siem Reap, nos dirigimos a la capital de Camboya, Phnom Penh.
Viajamos de una ciudad a otra, con el buen sabor de boca de la amabilidad camboyana, los dos "extasiados" del encanto oriental de este pais. Pero el día que comenzamos las visitas a los lugares con más historia de la capital, el día en el que conocimos el lugar llamado como "S-21" y el campo de exterminio ó "centro de genocidio" nos dimos cuenta, que al menos nosotros, no conociamos este duro relato de la historia. Y que, por desgracia, los milenios que lleva la raza humana dominando la tierra, se han pasado por alto, centenares de barbaridades. Muchas de ellas las desconocemos, porque no han llegado a los libros que estudiamos, no han salido por la tele... Simplemente se han olvidado...
No quiero pasar por alto el día que vivimos, porque forma parte del viaje y ya de mi vida. La vivencia de esos momentos, la tengo clavada dentro, y solo quiero que los pocos que leéis este blog en estos momentos y los que lo leéreis, espero, en el futuro conozcáis lo que ocurrió.
Para situarnos, debemos irnos a 1975. Ese año alcanzó el poder un grupo politico de los "Jemeres Rojos", liderados por "Pol Pot". Aunque llevaban desde la decada de los sesenta, intentado tomar el poder de Camboya, es en ese año cuando lo consiguen y comienzan las persecuciones. De ideología comunista, su lucha se basaba en exterminar a la población burguesa, a los intelectuales, religiosos, a los que hubieran realizado tareas administrativas, incluso a los que llevaran gafa, por que eran simbolo de pertenecer a un familia acomodada y ser culto.
Foto de joven y en la vejez del "monstruo".
Pensaba que la base de todo estaba en los campos y en sus trabajadores. Que nada debía de ser individual, ni siquiera el amor. Todo era del pueblo.
Comenzó su lucha contra lo que él llamaba "enemigo oculto". Los detenidos lo eran por vanalidades y ni siquiera eran juzgados ni tenían posibilidad de defenderse. Eran conducidos a la prisión "S-21" o directamente al campo de exterminio junto a su familia completa y allí morían todos, ó bien, torturados, de hambre, frío... ó con un certero golpe en la cabeza.
En los cuatro años que duró su "reinado" asesinó a medio millón de personas. Niños, ancianos, enfermos... nada le paraba para cumplir sus objetivos.
De nuestra visita a las "S-21" ó también llamado "Tual Sleng" conservamos una mezcla de terror por lo que allí vivieron decenas de miles de personas y de pena, mucha pena, al ver las fotos de muchas de ellas, que se exponen allí, junto a métodos de tortura. Visitar las celdas, pequeñísimas, y el centro de interrogatorios, donde los encadenaban... y pensar que sólo se pudieron rescatar 7 personas de ese horror.
Una de las muchas salas de tortura de la prisión "S-21".
Un prestigioso colegio antes de la guerra, lleno de niños en el pasado, vió morir a muchas personas por una ideología basurda.
La visita al "campo de exterminio" es también muy dura. Allí no hay fotos. No puedes poner cara a los que allí sufrieron. Pero puedes ver las tumbas, coronadas con trozos de telas de sus vestidos y trajes. Enormes agujeros en la tierra, muchos de ellos vencidos por la lluvia. Y sabes que están ahí, que allí encontraron su muerte. Reconoces el milenario árbol, donde eran golpeados los niños para acabar con ellos. Un precioso árbol que lleva a cuestas mucho pesar.
Vista de las enormes fosas comunes del campo de exterminio.
Y en el centro de todo, el templete donde se encuentran los restos de muchas personas que allí perecieron. Aquí os dejo, el texto que aparece en la entrada de este "Memorial".
“Lo más trágico es esto: En este siglo XX Camboya vio como la banda de criminales de Pol Pot cometió el genocidio más odioso de la actualidad, la matanza de la población con una atrocidad incalculable, mucho más cruel que el genocidio cometido por el fascismo de Hitler, más terrible que cualquier otra experiencia que el mundo haya conocido antes. Con estupor delante de nosotros, imaginamos la voz dolorosa de las víctimas maltratadas por los hombres de Pol Pot con palos de bambú o azadones y apuñaladas con armas blancas. Nos parece estar mirando las escenas de horror y pánico. Los rostros heridos de personas fatigadas por el hambre o por los trabajos forzados o torturadas sin misericordia en sus famélicos cuerpos. Murieron sin dar las últimas palabras a sus parientes y amigos. Como si fueran animales dañinos, las víctimas eran golpeadas con palos en sus cabezas o con azadones y apuñalados antes de su último aliento. ¡Cuán amargo final viendo a sus niños queridos, esposas, maridos, hermanos o hermanas atados fuertemente antes de la masacre! Aquel momento en que esperaban por turnos la misma suerte trágica de los demás. El método de matanza que la banda de criminales de Pol Pot hizo con camboyanos inocentes no puede describirse total y claramente con palabras, porque la invención de tales métodos es extrañamente cruel, por lo que es difícil determinar quiénes fueron ellos, pues tenían forma humana, pero sus corazones eran los corazones del demonio, tenían rostros camboyanos, pero sus actividades eran completamente reaccionarias. Quisieron transformar a la gente de Camboya en un grupo de gentes sin razón, ignorantes y que no entendieran nada, que siempre doblaran la cabeza para llevar a cabo las órdenes de la Organización de manera ciega, de la manera en que ellos les habían educado y transformaron a los humildes y nobles jóvenes y adolescentes en ejecutores de una justicia odiosa que los llevó a matar a inocentes, e incluso a sus propios padres, parientes y amigos. Quemaron las plazas de mercado, abolieron el sistema monetario, eliminaron los libros, reglas y principios de la cultura nacional, destruyeron escuelas, hospitales, pagodas y monumentos como fue Angkor Wat, orgullo nacional y memoria del conocimiento, genio e inteligencia de nuestra nación. Intentaron destruir el carácter camboyano y transformar la tierra y las aguas de Camboya en lugares de sangre y lágrimas eliminando toda nuestra cultura, civilización y carácter nacional. Querían destruir toda la sociedad de Camboya y hacer retroceder al país entero hacia la Edad de Piedra.”
Siento publicar estas fotos tan crudas, pero a mí verlas, me ayuda a no olvidar. Nunca debemos olvidar los crimenes que la raza humana ha cometido...
3 huellas:
Muy duro lo que nos presentas, pero no debemos olvidar que la vida tiene cosas buenas y malas...Y hay que verlo todo.
Muchas gracias por visitar mi playa y por tus palabras...Vuelve cuando quieras.
Muchos besos.
Hola Ana!! Gracias por pasarte por aquí.
Afortunadamente, somos capaces de hacer más cosas buenas que malas, como especie, pero las malas son capaces de perdurar más.
Un besote
Uff, que comienzo ...
no tenía ni idea de ese genocidio...
No sé si agradecerte el que me lo hayas mostrado o pasar página como si no lo hubiera leido...
Es durísimo...
Es broma, el mundo debe saber ... y tu has aportad aquí un buen dosier.
Besos
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